Los campesinos, sin empleo

Quienes tenían trabajo en las camaroneras y bananeras ya no lo tienen ahora, pues el agua las arruinó 


La familia Coello amaneció ayer en una improvisada carpa a un costado de la vía, luego de que el río Bulubulu inundara los dos extremos de la carretera de asfalto que conduce a Taura. Pero eso no es lo peor.
Las aguas dejaron inservibles las plantaciones de banano de la hacienda Magdalena 3, San Humberto, la cacaotera de Alberto Portilla y en el desempleo a Marino, Fernando, Virgilio y a varios de sus hijos que, ayer por la tarde, esperaban ayuda del Gobierno. Solo querían alimentos, porque a los albergues no van a ir.
"Con esto los mañosos aprovechan para vaciar las casas", insistía Marino, quien por nada del mundo se irá del sitio.
A unos 500 metros de las cuatro casas de los Coello, en el kilómetro 3,5, la misma sensación tenía Mayra Reyes. En su zona, unas 80 casas están inundadas, así como sus arrozales.
Todos, aprovechando su canoa roja, salen a la vía a ver si alguna ayuda les llega.
El problema del exceso de aguas es menor frente a la falta de trabajo. Los que trabajan en las tilaperas, bananeras, camaroneras, arroceras y cacaoteras dejan de recibir al menos 10 dólares diarios.
A los Coello se les perdieron también unas dos cuadras de arroz con las que tenían pensado sobrevivir parte de un invierno, al que le faltan dos meses o tal vez más.
Crisis. En Jujan (Alfredo Baquerizo Moreno) pasa algo similar. Los negocios que sobreviven son los de fritada, de platos a la carta y almuerzos.
El Amarillo llenó no solo las sabanas, sino una buena parte del pueblo. Como nunca, después del relleno el cantón, se inundó hasta la calle Gruta de la Virgen. Solo faltan unos 200 metros para que la virgen también se moje.
La calle, cuya reconstrucción está a medio terminar, deja más desolador el panorama, mientras las casas de los Fuentes y aquellas que están detrás, junto al río, tienen al menos 20 centímetros de agua.
El barrio Apolo, Barrio Sur y hasta la zona de los tres cabarets y del camal también están inundadas. Las vacas ya no entran al matadero, son faenadas en el Malecón desde las tres de la madrugada.
Allí tampoco hay trabajo. La gente vive del arroz, pero el Chilintomo, el Amarillo y el Jujan han creado una inmensa sabana que llega no solo al poblado, sino hasta el kilómetro 4 de la vía a Babahoyo. En el área de Ecuavegetal el agua rebasa la carretera y llega hasta el Caimito, que ya colinda con el río Babahoyo. Por esa zona, y más "arriba" las bananeras tienen mucha agua. Tanta que la fruta no se puede cosechar, pues las bananas llegarían maduras a Europa o Estados Unidos.
Sixto Lozano y William Reyes trabajaban las camaroneras en Taura donde ya no hay camarón solo agua dulce.
En Jujan, el Taura, en San Pedro hasta las gallinas se ahogaron. Mirian Acosta tuvo que reforzar un galpón para proteger al gallo guarico y a las gallinas que sobrevivieron al diluvio de esta semana.
Pedro Aveiga tuvo que sacar sus 45 bovinos de Buenos Aires hasta la vía Milagro-Virgen de Fátima. Aún así las vacas le dan menos leche y los toros menos carne.
Guillermo Lizarzaburo - Redacción Guayaquil

Fuente: Diario Expreso

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