La
definición de una política en Ecuador sobre la situación de los
productos transgénicos y sus derivados no involucra a todos los actores.
Esa fue una de las conclusiones de los panelistas y participantes en el foro Transgénicos en América del Sur, efectuado esta tarde y noche en el hemiciclo de la Flacso, en Quito.
El panelista brasileño Rubens Onofre Nodari sentenció que “la arrigancia científica no permite que los campesinos y otras organizaciones también participen en el debate”. Él es profesor del Programa Posgrado en Recursos Genéticos Vegetales de la Universidad Santa Catalina de Brasil.
Nicolás Cuvi, profesor investigador de la Flacso, agregó fue invitado a unirse a la definición de una política desde el Gobierno. Pero, tras exponer su posición de desacuerdo con los transgénicos, no lo incluyeron en un equipo de la Senecyt.
Paola Leone, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de las Américas, resaltó el aporte de las modificaciones genéticas en el campo de la salud. “Estas son aplicadas a la generación y empleo de las células madre pluripotentes como herramienta en la medicina regenerativa”.
Según la especialista, estas modificaciones se utilizan para atacar a un tumor hematológico (mieloma múltiple) que afectan a huesos de adultos. “Es un tratamiento orientado a la curación de estos pacientes”
Leone aseguró que los transgénicos son necesarios en la investigación. “Pero que debe haber una regulación técnica y no trabas burocráticas, además de laboratorios autorizados y un manejo ético”.
Pero Nodari insistió en que las modificaciones genéticas en semillas y más son “una tecnología totalmente impredecible e incontrolable”. Además, que el debate debe incluir a campesinos agricultores y más sectores para que expongan sus inquietudes y se transparente la información para que el consumidor sea quien decida.
El debate sobre la conveniencia o no de los transgénicos en el país se avivó después de que presidente Rafael Correa expresara el interés por incentivar este tipo de cultivos.
Fuente: El Comercio
Esa fue una de las conclusiones de los panelistas y participantes en el foro Transgénicos en América del Sur, efectuado esta tarde y noche en el hemiciclo de la Flacso, en Quito.
El panelista brasileño Rubens Onofre Nodari sentenció que “la arrigancia científica no permite que los campesinos y otras organizaciones también participen en el debate”. Él es profesor del Programa Posgrado en Recursos Genéticos Vegetales de la Universidad Santa Catalina de Brasil.
Nicolás Cuvi, profesor investigador de la Flacso, agregó fue invitado a unirse a la definición de una política desde el Gobierno. Pero, tras exponer su posición de desacuerdo con los transgénicos, no lo incluyeron en un equipo de la Senecyt.
Paola Leone, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de las Américas, resaltó el aporte de las modificaciones genéticas en el campo de la salud. “Estas son aplicadas a la generación y empleo de las células madre pluripotentes como herramienta en la medicina regenerativa”.
Según la especialista, estas modificaciones se utilizan para atacar a un tumor hematológico (mieloma múltiple) que afectan a huesos de adultos. “Es un tratamiento orientado a la curación de estos pacientes”
Leone aseguró que los transgénicos son necesarios en la investigación. “Pero que debe haber una regulación técnica y no trabas burocráticas, además de laboratorios autorizados y un manejo ético”.
Pero Nodari insistió en que las modificaciones genéticas en semillas y más son “una tecnología totalmente impredecible e incontrolable”. Además, que el debate debe incluir a campesinos agricultores y más sectores para que expongan sus inquietudes y se transparente la información para que el consumidor sea quien decida.
El debate sobre la conveniencia o no de los transgénicos en el país se avivó después de que presidente Rafael Correa expresara el interés por incentivar este tipo de cultivos.
Fuente: El Comercio
0 Comentarios