Cada día orienta a sus empleados sobre cómo tratar los cultivos de palma con productos orgánicos.
Pablo Rosales acompaña a los jornaleros en cada momento de la producción. Él es uno de los productores de palma orgánica de Mompiche, cantón Muisne, en el sur de Esmeraldas.
Su trabajo le ha permitido obtener una certificación conocida como sello verde (amigable con el ambiente).
A diferencia de los cultivos tradicionales, en sus plantaciones no se usan químicos. El proceso de certificación tiene una duración de dos años y es validado por la organización Natural Habitats, a través de Ecocert. Esta firma verifica que se cumplan las exigencias cada mes.
Para recibir el sello verde, las plantas deben desinfectarse durante 24 meses; luego se verifica que el suelo cuente con los nutrientes y se analiza el fruto para garantizar su exportación.
Además, no se debe usar ningún fertilizante que provenga de derivados del petróleo ni de matamalezas. El trabajo es manual.
Según Rosales, la siembra de palma sin fertilizantes y químicos bajó los costos de producción y mejoró los precios de venta. Él es propietario de 110 hectáreas de palma en Mompiche.
Por ahora, 40 hectáreas se producen de forma orgánica y piensa incrementar paulatinamente la cifra. Hoy tiene ingresos de USD 12 000 mensuales. Ahorra USD 3 000 en la compra de productos químicos. Esta rentabilidad ha hecho que otros palmicultores se involucren en la iniciativa ecológica.
Édison Aveiga, por ejemplo, dice que ahora produce 75 toneladas de palma al mes, en sus 25 hectáreas. Esto es 10 toneladas más de lo que hacía cuando utilizaba los químicos.
Él y Rosales son dos de los 63 propietarios de plantaciones en los cantones Muisne, Esmeraldas, Rioverde y Quinindé. Hay 2 600 hectáreas de palma orgánica bajo el sello verde.
Todos tienen el aval de la Agencia de Aseguramiento de Calidad (Agrocalidad), según Aníbal Zambrano, representante de esa entidad en Esmeraldas.
La producción es comprada por la empresa Palma Orgánica. Las visitas de sus técnicos a las plantaciones son constantes. Así se verifica que no se utilicen los productos químicos.
Goyo Aveiga, propietario de 15 hectáreas, dice que producir palma orgánica es más barato. “Ya no se compran fungicidas”.
En la actualidad, la tonelada de palma africana que se cultiva sin sello verde está en USD 165. En cambio, por la orgánica se paga USD 192. “La diferencia de USD 27 por tonelada es un gran incentivo”, dice Aveiga.
Cuando hay demanda, la diferencia es de USD 55 y es mucho más rentable para todos, agrega el palmicultor de esta zona. “Tenemos asegurada la venta de la producción de todo el año bajo los estándares de calidad que entrega la organización Ecocert”.
Roberto Burgos, técnico de la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Africana (Ancupa), dice que, en general, el sector palmicultor es favorecido por los precios altos del producto y no exclusivamente por la técnica de cultivo que se emplea.
Aunque en la zona de Mompiche, los productores coinciden en que el valor agregado es ser más amigable con el ambiente. El año pasado se cosecharon 25 toneladas por hectárea. Al finalizar el 2012, el objetivo de los propietarios es llegar a 30 toneladas por hectárea al mes.
Burgos explica que el número de toneladas por hectáreas varía según los años de la plantación. Así, en la primera cosecha (tres años) pueden ser de 6 a 12 toneladas. Las plantaciones en Mompiche tienen 15 años.
La producción que se genera tiene como destino Japón, Corea, Europa y Estados Unidos.
En esos mercados se promueve el consumo de productos orgánicos. El agrónomo Tony Calverto, ex funcionario del Ministerio de Agricultura, cree que ahí hay un mercado interesante que debería ser aprovechado, “con una política pública más agresiva”.
Las cifras de ventas
La producción de palma orgánica en Mompiche (Esmeraldas) mueve al mes alrededor de USD 2,4 millones.
12 500 toneladas de palma africana produce la zona de Mompiche, en Muisne, mensualmente. Se espera incrementar en un año 500 hectáreas.
360 000 toneladas es el promedio de producción que se espera lograr en Mompiche, de enero a diciembre del 2013.
La mayoría del aceite de palma se exporta por el Puerto de Esmeraldas. Ahí se han montado bodegas para el almacenamiento del producto.
Fuente: El Comercio
Pablo Rosales acompaña a los jornaleros en cada momento de la producción. Él es uno de los productores de palma orgánica de Mompiche, cantón Muisne, en el sur de Esmeraldas.
Su trabajo le ha permitido obtener una certificación conocida como sello verde (amigable con el ambiente).
A diferencia de los cultivos tradicionales, en sus plantaciones no se usan químicos. El proceso de certificación tiene una duración de dos años y es validado por la organización Natural Habitats, a través de Ecocert. Esta firma verifica que se cumplan las exigencias cada mes.
Para recibir el sello verde, las plantas deben desinfectarse durante 24 meses; luego se verifica que el suelo cuente con los nutrientes y se analiza el fruto para garantizar su exportación.
Además, no se debe usar ningún fertilizante que provenga de derivados del petróleo ni de matamalezas. El trabajo es manual.
Según Rosales, la siembra de palma sin fertilizantes y químicos bajó los costos de producción y mejoró los precios de venta. Él es propietario de 110 hectáreas de palma en Mompiche.
Por ahora, 40 hectáreas se producen de forma orgánica y piensa incrementar paulatinamente la cifra. Hoy tiene ingresos de USD 12 000 mensuales. Ahorra USD 3 000 en la compra de productos químicos. Esta rentabilidad ha hecho que otros palmicultores se involucren en la iniciativa ecológica.
Édison Aveiga, por ejemplo, dice que ahora produce 75 toneladas de palma al mes, en sus 25 hectáreas. Esto es 10 toneladas más de lo que hacía cuando utilizaba los químicos.
Él y Rosales son dos de los 63 propietarios de plantaciones en los cantones Muisne, Esmeraldas, Rioverde y Quinindé. Hay 2 600 hectáreas de palma orgánica bajo el sello verde.
Todos tienen el aval de la Agencia de Aseguramiento de Calidad (Agrocalidad), según Aníbal Zambrano, representante de esa entidad en Esmeraldas.
La producción es comprada por la empresa Palma Orgánica. Las visitas de sus técnicos a las plantaciones son constantes. Así se verifica que no se utilicen los productos químicos.
Goyo Aveiga, propietario de 15 hectáreas, dice que producir palma orgánica es más barato. “Ya no se compran fungicidas”.
En la actualidad, la tonelada de palma africana que se cultiva sin sello verde está en USD 165. En cambio, por la orgánica se paga USD 192. “La diferencia de USD 27 por tonelada es un gran incentivo”, dice Aveiga.
Cuando hay demanda, la diferencia es de USD 55 y es mucho más rentable para todos, agrega el palmicultor de esta zona. “Tenemos asegurada la venta de la producción de todo el año bajo los estándares de calidad que entrega la organización Ecocert”.
Roberto Burgos, técnico de la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Africana (Ancupa), dice que, en general, el sector palmicultor es favorecido por los precios altos del producto y no exclusivamente por la técnica de cultivo que se emplea.
Aunque en la zona de Mompiche, los productores coinciden en que el valor agregado es ser más amigable con el ambiente. El año pasado se cosecharon 25 toneladas por hectárea. Al finalizar el 2012, el objetivo de los propietarios es llegar a 30 toneladas por hectárea al mes.
Burgos explica que el número de toneladas por hectáreas varía según los años de la plantación. Así, en la primera cosecha (tres años) pueden ser de 6 a 12 toneladas. Las plantaciones en Mompiche tienen 15 años.
La producción que se genera tiene como destino Japón, Corea, Europa y Estados Unidos.
En esos mercados se promueve el consumo de productos orgánicos. El agrónomo Tony Calverto, ex funcionario del Ministerio de Agricultura, cree que ahí hay un mercado interesante que debería ser aprovechado, “con una política pública más agresiva”.
Las cifras de ventas
La producción de palma orgánica en Mompiche (Esmeraldas) mueve al mes alrededor de USD 2,4 millones.
12 500 toneladas de palma africana produce la zona de Mompiche, en Muisne, mensualmente. Se espera incrementar en un año 500 hectáreas.
360 000 toneladas es el promedio de producción que se espera lograr en Mompiche, de enero a diciembre del 2013.
La mayoría del aceite de palma se exporta por el Puerto de Esmeraldas. Ahí se han montado bodegas para el almacenamiento del producto.
Fuente: El Comercio
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