Terminaron los precios récord del café

Luego de un año de precios récord, el café volvió a sus niveles normales. En lo que va de julio se ha cotizado entre 170 y 180 dólares el quintal de arábigo. Pero el año pasado, este tipo de café se vendió al mundo sobre los 220 dólares, incluso sobrepasó la barrera de los 300 el saco.

De acuerdo con las estadísticas, 2012 empezó con precios altos en correspondencia a los registrados en 2011. En febrero, por ejemplo, los precios referenciales del arábigo, producto de las cotizaciones en la bolsa de Nueva York, estuvieron sobre 200 dólares. Los meses siguientes, sin embargo, fueron decreciendo paulatinamente hasta ubicarse en alrededor de 180 dólares.

A finales de mayo, se registró la mayor caída, descendió por debajo de los 170 dólares.

El director de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé), Líder Vélez de la Cruz, explicó que el decrecimiento se debe a que “el precio del café se maneja según lo que establezca el mercado (oferta y demanda mundial) y sus referentes son los que se negocian en bolsa de valores”. Esto hace muy volátiles los costos y “hoy tenemos unos que, si bien no son iguales a los del año pasado, no han dejado de ser importantes y son mayores a los de años anteriores (2010, 2009 y 2008)”, agregó.

Efectos en productores
Según Vélez, aun con el decrecimiento de los precios sí son ‘competitivos’, eso sí, solo para los productores eficientes. Es decir, quienes producen más quintales por hectáreas. “Dentro de este grupo se puede considerar a quienes tienen una producción sobre los 30 quintales por hectárea”.

Según estimaciones de Anecafé, en el país hay alrededor de 200.000 hectáreas con cultivos de café. Estas producirían alrededor de 500.000 sacos de 60 kilos.

Pero, la situación es que “alrededor del 80% de productores obtiene entre 3 y 4 quintales por hectárea”, apuntó Vélez. Esto significa que solo un 20% puede enfrentar la caída de precios sin mayores complicaciones.

Otra manera de enfrentar la caída también es la asociación, según la experiencia de Jorge Castillo, productor de café de una agremiación del Oriente dedicada al sembrío y exportación. Esta organización agrupa a alrededor de 60 pequeños productores, que suman unas 424 hectáreas de superficie sembrada y que genera alrededor de 2.700 quintales al año.

De acuerdo con Castillo, “gracias a la asociación hemos podido enfrentar este descenso de precios, sobre todo, porque se puede responder con cantidad y vender directamente a los importadores”.

Además, porque pueden negociar precios y premios según los certificados de calidad que tienen.

Los pequeños productores solos, en cambio, “tienen que someterse a los intermediarios, ellos son los que ponen el precio más bajo de los referenciales y al agricultor le toca vender porque no le conviene quedarse con el producto”.

Por otro lado, la caída en los precios no se refleja en las exportaciones porque la mayor parte obedece a ventas de café industrializado.

CIFRA:
60% del café industrializado está compuesto por materia prima importada, ya que el país no produce lo suficiente.

Fuente: Diario “La Hora”

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