Este año el vivero tucumano Vivero Citrus, ubicado en la zona de Quebrada de Lules a 15 km. de la ciudad de San Miguel de Tucumán, Argentina, hizo historia el ingresar al libro Guinnes de los récords como el vivero de limones más grande del mundo.
Palacios nos cuenta que el primer vivero
lo tuvo en sociedad con su padre, uno que tuvieron que dejar de lado en
1980 a causa de que la tonelada de limón para fábrica cayó y arrastró a
la crisis a varios citricultores, incluido ellos.
Tras esto decidió re comenzar solo.
Empezó a cultivar hortalizas (tomate, chaucha, arveja, etc.) pero con
una baja rentabilidad. Nos señala que las utilidades quedaban,
normalmente, en manos de los operadores de mercados.
“Entonces regresé a lo que me gustaba:
‘propagar vida vegetal’, y de a poco aumenté la producción de manera
gradual, el primer año 5.000 plantas, el segundo 10.000 y así fui
incrementando la cantidad de plantas, según los pedidos, que fueron y
siguen siendo directamente proporcionales al poder adquisitivo de los
citricultores en las distintas campañas de exportación Argentina de
cítricos y sus derivados”, sostiene.
“Nunca pensamos en llegar a ser el vivero de limoneros más
grande del mundo. Nuestra idea siempre fue trabajar cada vez mejor,
aprender tanto de nuestras propias experiencias, como de congresos,
conferencias y viajando a los países que están propagando plantas con
tecnologías de última generación”.
“Nunca intentamos ganarle a nadie”, nos
dice. “Solamente con entusiasmo, esmerarnos en hacer nuestras plantas lo
mejor que podamos, aprendiendo año a año a perfeccionar nuestro
trabajo”.
Camino al Guinnes
José Luis señala que hace tres año experimentaron un aumento de pedidos de plantas de limón y
recibieron la visita de dos importantes viveristas – el más grande de
EE.UU y de Sudáfrica – a quienes él ya había tenido la oportunidad de
conocer en sus respectivos viveros.
“Ellos observaron la cantidad de plantas de limón y estimaron que, tal vez, no había ningún otro establecimiento que produzca más cantidad”.
“Allí tomamos conciencia de que nuestras
cantidades eran importantes y que tal vez podríamos acceder a la
distinción de ser el vivero productor de limón más grande del mundo”.
Hace un año se comunicaron con Guinnes
World Records, haciéndoles llegar su propuesta. “Nos contestaron que
nunca habían tenido la solicitud de ningún vivero de ninguna clase de
plantas, por lo tanto, entendían que nos referíamos a una plantación ya
establecida”.
Durante este mismo periodo clientes de
José Luis comenzaron a retirar sus plantas, hecho que les quitaba la
posibilidad del conteo total de plantas in situ, exigencia de Guinnes. “Por estas dos razones tuvimos que intentar otra vez este año”, dijo.
Ya en 2012 retomaron el contacto con
Guinnes World Records. Luego de dos meses el departamento de
investigación del organismo determinó, según su indagación, que el
promedio máximo de la producción de plantas de limón,
en los viveros de plantas cítricas, monitoreados era de 50.000 plantas
de limón y que el récord correspondiente debía sobrepasar esa cifra.
“El conteo estuvo a cargo de un juez de
Guinness World Records, el Sr. Ralph Hannah, que viajó hasta el vivero.
Se contaron todos los canteros, tanto dentro de los invernaderos, en las
distintas etapas de propagación, como las plantas terminadas, en playas
de rustificación”.
Palacios señala que contar con este
reconocimiento es un gran orgullo, no sólo para ellos como el vivero
involucrado, sino que como argentinos.
“Se sabía que Argentina es el primer productor mundial de limones, Tucumán con el 90% de la producción total. Y ahora también tenemos el vivero de plantas de limón, también, más grande del mundo”.
“Significa que cuando nosotros, los
argentinos, nos proponemos a realizar un trabajo con responsabilidad,
seriedad y entusiasmo, podemos sobresalir a nivel mundial”.
Viveros de calidad
El propietario Vivero Citrus nos explica
que a partir del año 2002 – cuando aumentaron las exportaciones de
cítricos argentinos –, los países importadores de fruta de ese país
impusieron más control y exigencias en las normativas internacionales
con respecto a la trazabilidad de esas mercaderías, primero con EurepGap
y luego con la normativa GlobalGap.
“Los nuevos sistemas de certificación de plantas cítricas están regidos por la ley 20.247 y el decreto N°2183/91”, nos cuenta.
“Controlan exhaustivamente todos los
procesos de propagación en el vivero de origen. Debe cumplirse en todas
las etapas de producción con las reglamentaciones, desde el control de
semillas de los porta injertos certificados, libre de virus y
enfermedades cuarentenarias, hasta el control del bloque de incremento
genético de plantas certificadas, de donde se extrae el material
certificado para realizar los respectivos injertos de las plantas
cítricas”.
“Todos estos controles, realizados por
organismos nacionales, dependientes de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería y Pesca de la República Argentina, SENASA e INASE (Instituto
Nacional de Semillas), desalentaron a varios viveros que trabajan al
margen de la ley y que fueron desapareciendo”, dice.
“Sólo quedaron 15 en la provincia de Tucumán, los pocos que cumplían con las exigencias”, detalla Palacios.
Comenta que actualmente estos organismos
oficiales de control realizan monitores periódicos a todos los viveros
de plantas cítricas inscritos, para determinar la ausencia de plagas y
enfermedades cuarentenarias, cuya presencia sería devastadora para la
producción citrícola de Argentina.
Fuente: Portal Fruticola | Elproductor.com
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