El cultivo de la piña y el clima en Ecuador

El cultivo de la piña (Ananas comosus L) en el Ecuador, está favorecido, tiene características geográficas adecuadas para su desarrollo, existen localidades en especial en la región Litoral en las provincias de Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos, El Oro, Esmeraldas y Manabí, donde el clima, la altitud y el suelo le es propicio. Según el III Censo Agropecuario Nacional del año 2000, en el país existían alrededor de 5.750 hectáreas de superficie sembrada de piña, entre cultivos permanentes solos y asociados, en especial de las variedades Cayena Lisa o Hawaiana y Golden Sweet o MD2.
Dentro del desenvolvimiento de la piña, la incidencia del clima, es de suma trascendencia para la producción de este cultivo, considerándose dentro de los factores climáticos en orden de importancia a la temperatura, precipitación, luminosidad y vientos, factores climáticos que en el Litoral alcanzan valores moderados sin llegar a mayores extremos especialmente en lo que hace referencia a la temperatura, luminosidad y vientos.
Temperatura
Es el principal factor climático que determina el desarrollo de las diferentes partes de la planta, debiendo la temperatura media anual oscilar entre los 24ºC a 27ºC para obtener un óptimo crecimiento del cultivo. Temperaturas más bajas o más altas reducen el rendimiento y calidad de la fruta.
Precipitación
La piña no es muy exigente en agua, ya que sus características morfológicas le favorecen para un mejor aprovechamiento de ella, siendo una precipitación entre los 1.200 a 2.000 mm, bien distribuidos en el año, la que permitiría una óptima utilización. La forma acanalada de las hojas, le permite recolectar el agua de mejor forma, para luego ser llevada a su sistema radicular. Aunque la piña tolera periodos largos de sequía, el agua no debe faltarle en la siembra, floración y fructificación, en cambio el exceso de agua hace que la fruta sea pobre, con un bajo contenido de azúcar y una elevada acidez.
Luminosidad
La presencia de una alta luminosidad interviene marcadamente en los procesos de la fotosíntesis y de la transpiración, beneficiando el rendimiento del cultivo, produciendo frutas de mayor calidad y atractivas.
Viento
Es un cultivo poco tolerante a largos periodos de vientos fuertes, su incidencia puede provocar desecación por aumento de la transpiración y que sus hojas sean susceptibles a roturas por donde pueden ingresar patógenos en especial los hongos.
Además de estas características climáticas, la piña requiere contar con un suelo franco limoso, bien aireado, de buena permeabilidad y drenaje pues no resiste el encharcamiento, el cual es proclive inclusive para aparecimiento de plagas y enfermedades.
Mayor información:
Ingeniero Máximo Bolívar
Pinto Mena- INAMHI -
maximopinto@hotmail.com

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