Las primeras lluvias caídas desde finales de diciembre en suelo balzareño prepararon el terreno para la nueva siembra de maíz.
Al pie del carretero, que conecta a Balzar con El Empalme, en Guayas, personas dispersas agachadas son visibles en las diferentes lomas.
De un recipiente plástico retiran las semillas y las colocan en agujeros que previamente fueron formados en el suelo.
La actividad se efectúa con entusiasmo, porque hay trabajo. En el caso de los dueños de los sembradíos, las expectativas están centradas en aquella meta de Ecuador como país autosuficiente en maíz. El objetivo es dejar de importar.
Francisco Morales tuvo que decidir en qué parcela brindar sus servicios de jornalero, debido a la alta demanda de mano de obra. Según el sector, fija su tarifa entre USD 10 y 12 por cinco horas diarias, desde las 06:00.
La mañana del martes pasado trabajó en el sector Linda Unión. “El año pasado, la mayoría tuvo buena cosecha. Otros pocos tuvieron problemas con la semilla, pero no dejamos de tener trabajo”.
Bedel Mendoza, dueño del terreno de 30 hectáreas, complementó la frase de Morales y explicó que hace dos veranos sembró una semilla certificada ofrecida por una reconocida casa comercial, con la que cosechó entre 6 y 9 toneladas por hectárea.
Sin embargo, cuando la utilizó para el invierno, los resultados fueron nefastos: apenas recogió 3 toneladas. La mayoría de mazorcas se fue deformando. “Me di cuenta que esta semilla no es buena cuando hay mucha agua”.
Mendoza ahora cultiva otra variedad certificada en esta temporada lluviosa, con la que espera recoger al menos 6 toneladas por hectárea. “Del error se aprende”.
En otro sector del cantón Balzar, en el recinto Platanales, José España dirigía una cuadrilla conformada por 10 jornaleros. El cielo nublado y el clima relativamente frío permitieron cubrir rápidamente una parcela de 10 hectáreas, donde faltaba sembrar.
España tiene planes para crecer en la actividad que heredó de sus padres. Como su propiedad está situada en zonas altas, prevé invertir en sistemas de riego, para no detener la producción en verano. Por ahora ha cotizado sistemas móviles, cuyo costo promedia los USD 1 600. Adicionalmente, ya trabaja en la perforación de pozos.
Todo se podría cumplir sin problemas, siempre que el mercado no se dañe. “El tema está en que a las puertas de nuestra cosecha no se permita importar maíz. De eso se valen los comerciantes para que nos paguen precios irrisorios”.
El precio mínimo referencial del quintal de maíz es de USD 16,50 con 13% de humedad y un 1% de impurezas. Para Luis Reyna, pequeño agricultor, ese valor ya debe ser revisado, porque se ha mantenido por tres años y los costos de los insumos aumentaron.
El Consejo Consultivo del Maíz envió al ministro del ramo, Javier Ponce, un proyecto para aprobar un reglamento de comercialización de este sector. Allí se evalúan los nuevos parámetros de cálculo para, entre otras cosas, fijar el nuevo precio mínimo referencial del quintal del maíz.
Pero Manuel Villafuerte cree que la revisión de precios no es lo único que necesita el sector. Desde el Rancho Villa, en el sector Perote, él dedica las mañanas a sembrar maíz en ocho hectáreas, que espera dejar listas este fin de semana.
Tras tomar una pausa, comentó que la mejor forma de darle tranquilidad a los agricultores de este sector es asegurarles que no se permitirán importaciones de maíz, en la víspera de la cosecha, como ha sucedido otros años.
Sobre ese tema, hay un pedido oficial enviado por la Federación Nacional de Maiceros (Fenamaíz) al Gobierno a comienzos de este mes, que aún espera respuesta.
Villafuerte además advirtió como otra necesidad ejercer control en el precio de los insumos, que para este invierno se encarecieron en 10% en el caso de fertilizantes y semillas, manifestó.
“Solo así tendremos una cosecha tranquila y exitosa”.
Las semillas, subsidiadas
Para Carol Chejab, subsecretaria de Comercialización del Ministerio de Agricultura, el entusiasmo de los productores maiceros se entiende al revisar las cifras. En el 2012, Ecuador cosechó 900 000 toneladas de maíz, mientras que otras 300 000 fueron importadas. Así se cubrió la demanda anual de 1,2 millones de toneladas de la industria de alimentos balanceados.
“A este ritmo, Ecuador va a ser autosuficiente en maíz y para ello es necesario seguir una ruta”, dijo. Y comenzó este mes, con el Plan Semilla que consiste en entregar paquetes tecnológicos, que incluyen semillas de alto rendimiento, pero con subsidio.
Hay 20 tipos de estos paquetes cuyos costos son entre USD 400 y 600. Pero el Gobierno asume 214, la contraparte le corresponde al agricultor con hasta 10 hectáreas de sembríos. Los interesados deben acercarse a las casas comerciales autorizadas.
“La idea es que la productividad se duplique. El promedio nacional es 3,5 toneladas por hectárea y el paquete permitirá 6”, según Chejab. A ese ritmo, Ecuador será autosuficiencia en la producción de maíz en el 2014. Un censo identificó a 70 000 pequeños productores con potenciales beneficiarios.
La producción
Ecuador tiene una superficie de entre 250 000 y 280 000 hectáreas dedicadas al cultivo del maíz. Productores y autoridades esperan aumentar el volumen de producción en esa misma superficie.
El objetivo es lograr rendimientos promedio de seis toneladas por hectárea. Luego se podría impulsar un plan de expansión de superficie.
Fuente: El Comercio
Al pie del carretero, que conecta a Balzar con El Empalme, en Guayas, personas dispersas agachadas son visibles en las diferentes lomas.
De un recipiente plástico retiran las semillas y las colocan en agujeros que previamente fueron formados en el suelo.
La actividad se efectúa con entusiasmo, porque hay trabajo. En el caso de los dueños de los sembradíos, las expectativas están centradas en aquella meta de Ecuador como país autosuficiente en maíz. El objetivo es dejar de importar.
Francisco Morales tuvo que decidir en qué parcela brindar sus servicios de jornalero, debido a la alta demanda de mano de obra. Según el sector, fija su tarifa entre USD 10 y 12 por cinco horas diarias, desde las 06:00.
La mañana del martes pasado trabajó en el sector Linda Unión. “El año pasado, la mayoría tuvo buena cosecha. Otros pocos tuvieron problemas con la semilla, pero no dejamos de tener trabajo”.
Bedel Mendoza, dueño del terreno de 30 hectáreas, complementó la frase de Morales y explicó que hace dos veranos sembró una semilla certificada ofrecida por una reconocida casa comercial, con la que cosechó entre 6 y 9 toneladas por hectárea.
Sin embargo, cuando la utilizó para el invierno, los resultados fueron nefastos: apenas recogió 3 toneladas. La mayoría de mazorcas se fue deformando. “Me di cuenta que esta semilla no es buena cuando hay mucha agua”.
Mendoza ahora cultiva otra variedad certificada en esta temporada lluviosa, con la que espera recoger al menos 6 toneladas por hectárea. “Del error se aprende”.
En otro sector del cantón Balzar, en el recinto Platanales, José España dirigía una cuadrilla conformada por 10 jornaleros. El cielo nublado y el clima relativamente frío permitieron cubrir rápidamente una parcela de 10 hectáreas, donde faltaba sembrar.
España tiene planes para crecer en la actividad que heredó de sus padres. Como su propiedad está situada en zonas altas, prevé invertir en sistemas de riego, para no detener la producción en verano. Por ahora ha cotizado sistemas móviles, cuyo costo promedia los USD 1 600. Adicionalmente, ya trabaja en la perforación de pozos.
Todo se podría cumplir sin problemas, siempre que el mercado no se dañe. “El tema está en que a las puertas de nuestra cosecha no se permita importar maíz. De eso se valen los comerciantes para que nos paguen precios irrisorios”.
El precio mínimo referencial del quintal de maíz es de USD 16,50 con 13% de humedad y un 1% de impurezas. Para Luis Reyna, pequeño agricultor, ese valor ya debe ser revisado, porque se ha mantenido por tres años y los costos de los insumos aumentaron.
El Consejo Consultivo del Maíz envió al ministro del ramo, Javier Ponce, un proyecto para aprobar un reglamento de comercialización de este sector. Allí se evalúan los nuevos parámetros de cálculo para, entre otras cosas, fijar el nuevo precio mínimo referencial del quintal del maíz.
Pero Manuel Villafuerte cree que la revisión de precios no es lo único que necesita el sector. Desde el Rancho Villa, en el sector Perote, él dedica las mañanas a sembrar maíz en ocho hectáreas, que espera dejar listas este fin de semana.
Tras tomar una pausa, comentó que la mejor forma de darle tranquilidad a los agricultores de este sector es asegurarles que no se permitirán importaciones de maíz, en la víspera de la cosecha, como ha sucedido otros años.
Sobre ese tema, hay un pedido oficial enviado por la Federación Nacional de Maiceros (Fenamaíz) al Gobierno a comienzos de este mes, que aún espera respuesta.
Villafuerte además advirtió como otra necesidad ejercer control en el precio de los insumos, que para este invierno se encarecieron en 10% en el caso de fertilizantes y semillas, manifestó.
“Solo así tendremos una cosecha tranquila y exitosa”.
Las semillas, subsidiadas
Para Carol Chejab, subsecretaria de Comercialización del Ministerio de Agricultura, el entusiasmo de los productores maiceros se entiende al revisar las cifras. En el 2012, Ecuador cosechó 900 000 toneladas de maíz, mientras que otras 300 000 fueron importadas. Así se cubrió la demanda anual de 1,2 millones de toneladas de la industria de alimentos balanceados.
“A este ritmo, Ecuador va a ser autosuficiente en maíz y para ello es necesario seguir una ruta”, dijo. Y comenzó este mes, con el Plan Semilla que consiste en entregar paquetes tecnológicos, que incluyen semillas de alto rendimiento, pero con subsidio.
Hay 20 tipos de estos paquetes cuyos costos son entre USD 400 y 600. Pero el Gobierno asume 214, la contraparte le corresponde al agricultor con hasta 10 hectáreas de sembríos. Los interesados deben acercarse a las casas comerciales autorizadas.
“La idea es que la productividad se duplique. El promedio nacional es 3,5 toneladas por hectárea y el paquete permitirá 6”, según Chejab. A ese ritmo, Ecuador será autosuficiencia en la producción de maíz en el 2014. Un censo identificó a 70 000 pequeños productores con potenciales beneficiarios.
La producción
Ecuador tiene una superficie de entre 250 000 y 280 000 hectáreas dedicadas al cultivo del maíz. Productores y autoridades esperan aumentar el volumen de producción en esa misma superficie.
El objetivo es lograr rendimientos promedio de seis toneladas por hectárea. Luego se podría impulsar un plan de expansión de superficie.
Fuente: El Comercio
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