Agricultores arroceros no creen en la calidad de la semilla certificada

En Ecuador, el arroz es uno de los principales alimentos de la canasta familiar. Sin embargo, es de los cultivos menos tecnificados, ya que aproximadamente el 80% del área sembrada está en manos de pequeños productores que no cuentan con capacitación ni líneas de crédito oportunas para invertir en sus cultivos.

Una de las causas para esa baja tecnificación es el poco consumo de la semilla certificada, explica Gelacio Bazante, administrador de la granja experimental Litoral Sur del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap).

Aunque no hay datos actualizados sobre la buena utilización de este producto, el último censo agropecuario indica que solo se emplea el 20% de semilla certificada. “El éxito o fracaso de un cultivo está en este insumo. Si no es de calidad tendrá bajos rendimientos y contaminantes causantes de las enfermedades en el campo”, añade el investigador.

Por ley, el Iniap es el responsable de obtener semilla registrada y entregar a las empresas semillistas para que terminen la investigación y logren la certificación, que será avalada por el Ministerio de Agricultura y la Agencia de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), que la aprobará para entregarla al productor.

Agrocalidad otorga la identificación de una semilla certificada
El mayor problema que tiene el Iniap, indica el técnico, es que las empresas multiplicadoras solo compran el 20% de la semilla registrada que produce el Instituto, por ello los agricultores no encuentran en el mercado el insumo para sembrar.

Otra de las razones para no comprar semilla certificada, según los agricultores, es el alto precio, sin darsen cuenta que el costo de esa semilla representa apenas el 6% del total de los costos de producción, indica Bazante.

Al utilizar semilla de calidad la germinación es del 80%, y pueden sacar de 70 a 100 sacas por hectárea. Sin semilla certificada baja el 30% la producción.



Henry Morán, gerente de la empresa Semimor, especializada en producción de semilla certificada de arroz en el país, aduce que si los agricultores no compran es porque no creen en la calidad de la semilla que se produce en el Ecuador.

En su experiencia, y comparada con años anteriores, la utilización de semilla certificada, en los últimos tres años, ha aumentado notablemente. “El productor solo necesita sentirse seguro de lo que compra. Hay empresas que adquieren la semilla registrada (paso anterior a la certificación) al Iniap y no hacen los ensayos necesarios ni cumplen con la ley para entregar una semilla de calidad, convirtiéndola en pirata”.

Añade además que Agrocalidad no va al campo a verificar si lo que está aprobando es realmente de una semilla de calidad.

José Hurtado, responsable del departamento de semillas del Iniap, explica que el proceso para la obtención de una semilla certificada puede durar de 9 a 10 años, por lo que es necesario que los agricultores la sepan aprovechar para mejorar su productividad.

El proceso se inicia con la obtención de una semilla genética que entrega el Programa de Arroz del Instituto; esta se siembra y se obtiene la básica. Cuando esta se hace madre llega al estado de semilla registrada, que es entregada a las empresas multiplicadoras. Ellas la siembran, la utilizan como madre y sacan la semilla certificada para entregar al mercado.

“Una de las principales características que buscamos es la calidad del grano, sin dejar de lado la resistencia a plagas y enfermedades, pero se da prioridad a la calidad del grano, buena calidad molinera y culinaria”, explica Hurtado.

Para el investigador, este trabajo es de un valor económico incalculable, pero al hacer algunas evaluaciones se cree que la inversión es de medio millón de dólares por cada variedad.

Ley de semillas
Para Bazante, un punto importante de analizar con urgencia es la Ley de Semillas. “La ley que tenemos data de 19 78. Desde 1992 se está tratando de reformar y no entra en vigencia”.

Cree que con una nueva ley se combatiría la piratería y se podría mejorar la calidad.

En opinión del técnico, uno de los obstáculos mayores para su aprobación es el hablar de semillas transgénicas. “Con esta semilla se lograría mejorar los rendimientos y el medio ambiente. El Iniap está preparado para este paso con su departamento de biotecnología” dice.

Fuente: El Universo

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