QUININDÉ-LA HORA.-
Un grupo de catedráticos del Instituto Agropecuario Quinindé, asegura
haber encontrado una forma de acabar con el caracol gigante africano,
sin afectar el medio ambiente. El caracol gigante africano es un
molusco depredador de múltiples cultivos y está causando pérdidas
económicas a pequeños y medianos agricultores en la zona.
Los catedráticos, William Mantilla, Jacinto García ingenieros
zootecnistas y Humberto Iglesias médico veterinario, ponen en marcha
una iniciativa que podría ser la posible solución para convertir los
caracoles en fuente de alimentos para animales como: aves y cerdo,
mediante el procesamiento de harina de caracol.
A criterio de William Mantilla Ávila, ya han dado los primeros pasos
recolectando los caracoles, sometiéndolos a un proceso de
deshidratación, secado e introducidos en hornos para su cocción a una
temperatura de 90 grados centígrados de calor y posteriormente muelen el
producto para sacar la harina de caracol.
Balanceado
Cree que esto puede ayudar mucho en la formulación a la producción
alimenticia balanceada principalmente para la alimentación de gallinas
ponedoras porque contiene un gran porcentaje de nutrientes como: calcio,
fosforo y proteínas.
En las primeras porciones que han realizado lo han mezclado con harina
de pescado y concha y ha sido bien aceptado por los animales en su
alimentación. Ahora realizan algunos exámenes químicos nutricional para
determinar con precisión el nivel de nutrientes que contiene y creen
que con este mecanismo buscarían acabar con los caracoles.
Pero para cristalizar el proyecto, necesitan de apoyo institucional y
del Gobierno Nacional debido a que necesitan implementar grandes hornos y
molinos para su procesamiento, porque en la actualidad en el plantel
educativo solo pueden hacerlo con pequeñas cantidades que no cubriría la
gran demanda local. Además esta harina podría ser comercializada en
granjas avícolas.
Reproducción
Humberto Iglesias, agrega que el caracol es hermafrodita y se reproduce
en forma rápida pueden poner hasta mil huevos al año con una longevidad
de hasta siete años, lo que le permiten multiplicar en forma geométrica
su especie y afectar a cientos de cultivos de diversas variedades.
Los caracoles gigantes africanos (Achatina fulica) pueden alcanzar una
longitud de hasta 30 centímetros y en la zona han capturado algunos que
llegan a pesar hasta 100 gramos. Pero la preocupación es porque no solo
dañan los cultivos, sino que pueden producir enfermedades en las
personas porque contienen una bacteria denominada angiostrongylus
cantonensis o gusano pulmonar de la rata, porque estos animales también
se comen las heces de las ratas. Por eso es recomendable no manipular
sin usar guantes e impedir que los niños y niñas tengan contacto con el
molusco.
Fuente: Diario La Hora El Agro de Hoy
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