De acuerdo con los resultados de un estudio presentado en el 4th European Symposium of Porcine Health Management, la inmunocastración disminuye la agresión en los machos alojados junto a hembras.
Durante el experimento, un total de 144 cerdos se distribuyeron en 18 corrales (cada uno de 4 machos enteros y 4 hembras). En la mitad de los corrales los machos fueron vacunados contra la GnRF (36 animales) a los 74 días de edad y alrededor de las 6 semanas antes del sacrificio (152 días de edad). Se evaluaron las agresiones a partir de la primera semana antes de la segunda dosis vacunal mediante observación directa de las interacciones agresivas en cuatro corrales por tratamiento, 3 días a la semana y durante 20 minutos. Las interacciones se clasificaron por orden de gravedad en 7 categorías. Dos veces por semana se evaluó la presencia de lesiones en 4 corrales por tratamiento. Estas se clasificaron 0 a 3 dependiendo del número de rasguños en partes específicas del cuerpo (3 partes por lado; puntuación total por cerdo 0 a 18).
Los corrales con machos enteros mostraron agresiones con mayor frecuencia con una tendencia a una mayor intensidad. Además, los machos enteros eran principalmente los iniciadores de las agresiones, mientras que en los corrales con cerdos inmunocastrados las agresiones fueron iniciadas a partes iguales por machos y hembras. Además, tras la segunda dosis de la vacuna, los cerdos alojados con machos enteros tuvieron más lesiones que los cerdos en corrales con animales inmunológicamente castrados.
Fuente: 3TRES3 | Elproductor.com
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